ISSN: 1130-2887 - e-ISSN: 2340-4396
En el marco de las transiciones, América Latina destaca como una de las regiones que potenció la tercera ola de democratización, llegando a redefinir la estructura de los sistemas políticos. Sin embargo, desde finales de la década de 1980 estos sistemas han sufrido cambios relativos a sus procesos de asentamiento democrático. Además, al inicio del siglo XXI sucedieron cambios en los perfiles ideológicos de los gobiernos que se vieron acompañados por ciclos políticos y procesos de transformación económica. Una explicación de esto se obtiene de la observación de los giros ideológicos (de derecha durante 1980-1990; de izquierda 1998-2015; de derecha 2015-2018; de izquierda 2018-2022) como resultado de la fatiga democrática y crisis de representación cada vez más generalizada. A pesar de los avances en los procesos poliárquicos en la región, los rendimientos de estos sistemas quedaron rebasados por las diversas problemáticas que causaron la llegada de populismos en ambos extremos ideológicos, como fue el caso de Venezuela con Hugo Chávez en 1998 y de Brasil con J. Bolsonaro en 2018 (entre otros). Este escenario ha evidenciado un desgaste en los procesos de consolidación de las democracias latinoamericanas, exacerbado por las diversas crisis económicas e inestabilidades políticas y sociales en las últimas dos décadas, y recientemente por la emergencia de salud sufrida en los últimos años.
Precisamente, el libro América latina. Democracias frágiles y conflictividad, coordinado por Salvador Martí i Puig y Mélany Barragán, busca redefinir las problemáticas que encaran las democracias latinoamericanas. Este objetivo se intenta lograr desde una visión retrospectiva que pondera las trayectorias de estos sistemas a la luz de las complejidades actuales. El libro vislumbra una discusión en torno a los procesos de instauración y desgaste democrático, con especial referencia al último cuarto del presente siglo. En específico, la obra delinea su análisis en función de los actores, los procesos y las dinámicas que han afectado a los cambios y cómo estos han manifestado efectos diferenciados en estas democracias. Particularmente, la obra ubica aquellos resultados disímiles como la sobrevivencia, crisis y cambios en estos sistemas presidenciales.
Para ello, el libro divide en cuatro apartados sus catorce capítulos que promueven la discusión sobre las diversas vertientes de las transformaciones acaecidas en las democracias latinoamericanas. A diferencia de otras obras, esta estructura del libro permite la identificación de los principales debates en la región. La obra arroja una visión global que permite entender y observar aquellas trayectorias políticas, sociales y económicas de estas democracias.
Cabe destacar la introducción «Luces y sombras de la democracia latinoamericana» escrita por los coordinadores Mélany Barragán y Salvador Martí i Puig, la cual es de suma relevancia para entender el compendio de estudios y visiones complementarias de la obra. Por un lado, establecen los avances que después de cuatro décadas han motivado las democracias en América Latina. En ello sobresale la generalidad atribuida a los procesos de consolidación procedimental de la democracia en estos países, por ello los autores refieren continuamente al concepto de poliarquías. Por otro lado, los autores asumen la discusión de aquellos elementos en los cuales estos sistemas han presentado limitantes, dilemas y problemáticas ya sistémicas de la región. En ellos se encuentran la persistencia a la violencia, la desigualdad, la pobreza, el bajo crecimiento económico aunados a temas referentes a la calidad de las democracias y los políticos en la región.
El cuerpo del libro lo componen los diversos capítulos segmentados en los cuatro apartados diseñados para su análisis. Los cuales versan en torno a estas problemáticas persistentes en América Latina, en donde las y los autores delinean estructuralmente su discusión, siempre buscando una visión comparativa de la realidad latinoamericana. Entre los temas analizados, el primer apartado, actores e instituciones, discute sobre el rendimiento institucional (Mélany Barragán y Bernabé Aldeguer), los ciclos políticos y los giros ideológicos (Gabriel Vommaro), los gobiernos de izquierda y las tensiones frente a los movimientos sociales (Alicia Lissidini y Yanina Welp) y las élites políticas (Benedicte Bull y Francisco Sánchez). La segunda parte del libro, Contexto socioeconómico, es discutida por trabajos enfocados en el análisis de las políticas y el crecimiento económico (Miguel Carrera), la estructura social y los cambios en la demografía (Rafael Grande), además de la discusión del bienestar social (Analía Minteguiaga y Gemma Ubasart-González). La tercera parte del libro, Dinámicas y procesos discute, las protestas y las movilizaciones sociales (Salvador Martí i Puig y Victor Tricot), en donde destacan los movimientos feministas y los movimientos antisistema (Guiomar Rovira y Márgara Millán), lo cual se contrasta con uno de los temas centrales como el clientelismo (Ana Belén Benito y João Carlos Amoroso Botelho), los populismos (Carlos de la Torre y Treethep Srisa-nga), y la violencia sistémica (Enrique Coraza y Alberto Martín). Finalmente, el último apartado, relaciones internacionales, analiza las relaciones con China y EE. UU. (Arturo López-Levy y Daniel Rodríguez) y el regionalismo latinoamericano (Andrea C. Bianculli y Detlef Nolte), temas que han cobrado especial interés justo en el periodo de análisis estudiado.
El argumento guía que estructura tanto los apartados como los estudios que integran la obra, es precisamente la distinción de aquellas luces y sombras de las democracias en América Latina, las cuales son abordadas desde una variedad de metodologías, conceptos y perspectivas teóricas. Esta dicotomía entre los sistemas en la región alude al conflicto entre la consolidación de los mecanismos procedimentales y los rendimientos de la democracia. Las carencias de los
sistemas democráticos latinoamericanos que el libro presenta sacan a relucir las causas de
los ciclos políticos en los que los giros ideológicos entre izquierda y derecha parecen ser las consecuencias de estos. Claramente la obra ilustra sobre las diferencias políticas y estructurales entre los países, no obstante, evidencian las problemáticas similares que los distinguen. Entre ellas destacan, además de las sistémicas como la desigualdad, la violencia y la pobreza, el resurgimiento, en las últimas décadas, de populismos (de derecha e izquierda), tendencias autocráticas y personalistas que han desgastado la institucionalidad democrática y su calidad.
Esta obra, que resalta por su evidencia empírica y análisis rigurosos de los sistemas latinoamericanos, podrá ser de interés para quienes estudien la política comparada, la democracia y sus rendimientos, así como en temáticas específicas sobre populismo, violencia, movilizaciones sociales y protestas, relaciones internacionales, giros ideológicos y ciclos políticos, entre otras relaciones a la realidad Latinoamericana. El libro es, sin duda, una obra que
converge con la creciente literatura centrada en el entendimiento de América Latina y
que por ello será de gran valor para el público en general.
Aldo Adrián Martínez-Hernández
Centro de Investigacion y Docencia Económicas (CIDE) Región Centro